Carta II
En el exilio de mi alma, donde el día más brillante es otoñal. Y el viento arrastra las hojas como el tiempo arrastra los recuerdos. Es en este día donde resplandecen las hojas secas en los senderos, es que te escribo amigo mío, púes prefiero no hacerlo cuando llueve, pues, siempre te lo he dicho, esos días no soy yo. En esos días deambulo por el cosmos siguiendo las estrellas fugaces que de la vista de los hombres escapan para escapar con ellas… y perderme en el infinito. Es en el exilio de esta alma es que te escribo, sabiendo que tus ojos se ensancharán perplejos ante cada palabra, cada frase que leas, que acaricies, y que te acaricie. He comprendido mi querido amigo, que no hay distancias que olviden, ni mentes en blanco cuando se llora, que todo se vuelve oscuro con la tristeza, y que no hay recuerdos muertos tan solo apiñados haciéndose compañía. Aquí, en el exilio doloroso de mi alma, en medio de los espasmos que causa la adrenalina por volver a los caminos y correr hacia mi ...